Y, sin embargo, cada hombre mata lo que ama, sépanlo todos: unos lo hacen con una mirada de odio; otros, con las palabras cariñosas; el cobarde, con un beso; ¡el hombre valiente con una espada!
Unos matan su amor cuando son jóvenes; otros, cuando son viejos; algunos lo estrangulan con las manos del Deseo; otros, con las del Oro; los mejores, utilizan un cuchillo, porque de ese modo los muertos se enfrían enseguida.
Aman, unos muy breve tiempo, y otros, demasiado; venden unos el amor y otros lo compran; unos cometen su crimen anegados en llanto y otros sin un suspiro; porque cada uno de nosotros mata lo que ama y, si